Es llamativo seguir de cerca los campeonatos deportivos de cualquier especialidad: cuando el jugador o el equipo tiene posibilidades de salir campeón, es un crack, un ídolo, es fantástico, maravilloso... si en el transcurso del evento su suerte cambia y pierde partidos, o aún la posibilidad de llegar al podio, se convierte en un inútil, no merece estar donde está, no sirve para nada, recibe toda clase de insultos y denuestos... ¡Esto ocurre de parte de los encargados de relatar los juegos y de... Continuar leyendo