¿Dónde nos refugiamos?

¿Presenció alguna vez el desbande que se produce en un lugar con mucha gente cuando alguien dispara un arma?

En una ocasión, durante mi adolescencia se produjo un enfrentamiento armado a poca distancia de mi casa. La policía y quienes la enfrentaban se disparaban sin cuartel. Las balas pasaban sobre mi casa y los policías corrían por los techos. Cuando todo terminó, salimos a la calle y nos agrupamos en las esquinas para confirmar lo que había pasado. Alguien en la multitud gritó algo y todos corrimos para protegernos. Finalmente fue una falsa alarma, pero la urgente, imperiosa reacción de buscar refugio fue incontenible.

Así somos... Ante el peligro deseamos escondernos...

En el Antiguo Testamento, se establecieron ciudades de refugio para quienes las necesitasen...

• “Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para que el homicida se refugie allá...os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención...estas ciudades serán de refugio para los hijos de Israel...” (Números 35:6, 11,15)

Pero... eran refugios temporales...

En la Palabra de Dios  leemos:

• “El eterno Dios es tu refugio y acá abajo los brazos eternos...” (Deuteronomio 33:27)
• “No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro” (1º Samuel 2:2)
• “Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio” (2º Samuel 22:3)
• “En sus palacios Dios es conocido por refugio” (Salmos 28:3)
• “En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte y mi refugio” (Salmos 62:7)
• “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación” (Salmos 90:1)

En Isaías 33:15-16 leemos:

• “El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio...”

Y el Salmo 71:3 dice:

• “Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza”

Recordemos: Todo refugio humano puede ser vulnerado... Dios es inamovible, El es la Roca de refugio...