Se cuenta de un jovencito que anhelaba dedicarse a la música y al canto, pero estaba sumamente frustrado debido a que no tenía condiciones para ello. Pero alguien muy sabio le dijo estas palabras: “Hay muchas maneras de hacer música. Lo que importa es la canción en tu corazón”.
Este jovencito, pasado el tiempo, y habiendo tomado en cuenta este consejo, se convirtió en el más grande creador de violines del mundo. Su nombre fue A. Stradivarius.
¿Tiene una “canción” en el corazón pero no cree tener las capacidades para “cantarla”?
Pues...
La Biblia nos dice que Dios observa el corazón del hombre...no sus capacidades...
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1ª Samuel 16:7)
“Sea pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová vuestro Dios, andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy” (1ª Reyes 8:61)
Y una vez que nuestro corazón está en sintonía con Dios, podemos confiar en las siguientes promesas:
Muchas veces tendremos sueños y planes grandiosos, muchos de ellos para dar Gloria al Señor mismo, pero la mayoría de las veces no seremos capaces de llevarlos adelante con nuestras fuerzas o talentos. Pero si es Dios quien puso ese deseo en nosotros, lo único que debemos hacer es ¡"cantar"!
El apóstol Pablo dijo en cuanto a la tarea que Dios encomienda
“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas...” (1ª Timoteo 6:20)
“Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada” (1ª Corintios 9:17)
Recordemos: Si la tarea es de Dios, El se ocupará de ayudarnos a llevarla adelante...¡No dejemos que enmudezca la canción que El desea que cantemos!