Charles Swindoll dice: “La plena recuperación exige una sanidad que lleva tiempo, y desafortunadamente no puede ocurrir sin dejar algunas cicatrices. Sin embargo, el Espíritu Santo, que conoce tan bien el contenido de nuestro corazón, puede transformar incluso el tejido cicatrizal convirtiéndolo en músculos de fe”
Hay circunstancias en la vida que nos dejan cicatrices emocionales. Pueden ser profundas o superficiales. Pueden necesitar de “internación” o de cuidado... Continuar leyendo