En el Salmo 34 encontramos las siguientes enseñanzas
“Venid hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela” (vs. 11-14)
Y en otros lugares de la Palabra de Dios encontramos apoyo para estas enseñanzas
No hacer el mal
“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9)
“...pero si haces lo malo, teme.” (Romanos 13:4)
San Francisco de Sales dijo: “No saber mostrarse bueno con los malos es una prueba de que no es uno bueno del todo”
Hacer el bien
“Ninguno busque su propio bien, sino el del otro” (1ª Corintios 10:24)
“Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien” (2ª Tesalonicenses 3:13)
Joseph Joubert dijo: “No debemos lamentar nunca el tiempo que hemos empleado en proceder bien”
Buscar la paz
“Porque ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (Romanos 8:6)
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18)
Benjamín Franklin dijo: “Nunca ha habido una buena guerra ni una mala paz”
Cuando el Rey David escribió ese salmo, estaba escapando, temiendo por su vida, olvidado y dejado a un lado, a pesar de tener la promesa de un reino.
Sin embargo él puso en práctica cada una de las cosas que aquí enseña.
También el apóstol Pedro nos dio las mismas enseñanzas
Ludwig van Beethoven dijo: “No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad”
Recordemos: Dios desea que seamos mejores cada día de nuestras vidas, hasta que alcancemos la perfección en Su Presencia; por lo cual, al tener en cuenta las enseñanzas de Su Palabra, ¡daríamos un buen paso hacia adelante!
