Teniendo en cuenta la experiencia vivida por el Apóstol Pablo en la isla de Malta (Hechos Capítulo 28), como hemos visto en días anteriores, podemos considerar lo que la Biblia nos enseña acerca del juzgar a los demás...
¿Cuándo y Cómo se nos permite juzgar a los hermanos?...
Cuando tengamos ciencia
Cuando sea el momento propicio
¨Asi que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios¨ (1ª Corintios 4:5)
Cuando podamos ver todo el panorama
Cuando cumplimentemos los requisitos necesarios para juzgar a la ley
“Hermanos no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿Quién eres para que juzgues a otro?” (Santiago 4:11-12)
Cuando igualemos a Jesús
“El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente...” (1ª Pedro 2:22-23)
Cuando ocupemos el trono provisto por Dios
¿Qué enseñanza podemos sacar de estos versículos?
Pues... QUE NO ESTAMOS EN CONDICIONES DE JUZGAR a nuestros hermanos...
Solamente DIOS tiene esa facultad, y EL lo hará cuando llegue el momento indicado
Recordemos: Debemos preocuparnos por la manera en que cada uno de nosotros llegará a SU PRESENCIA, dejando que los demás se preocupen por ellos mismos...